Miranda Kerr tuvo una recepción muy somnolienta a su hijo Flynn Bloom como llegó a Nueva York.
La supermodelo chorro encima a Los Angeles para una sesión de fotos pero parecía emocionado por volver a sus dos años de edad.
Vestida con un traje blanco, parecía impresionante con pantalones rotos, una camiseta que empareja y chaqueta crema los 30 años de edad.
Parece que todo va a ser blanco de Miranda.
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